La parálisis del sueño

Imagen de Gellinger

Estás en la cama. Suena el despertador y lo odias. Estás cansada y quieres dormir más. Pero es martes y hay que ganarse el pan, así que te mentalizas y recorres las conexiones neuronales que requiere eso de levantarse. Sin embargo, tu cuerpo no se mueve. Tu cerebro está dando las órdenes, pero nadie le hace caso.  Así que te quedas ahí, más despierto que nunca, usando todo tu poder mental y todas tus fuerzas para hacer algo: Mover un dedo, hacer un sonido, lo que sea,… Pero nada. Eres un muñeco de trapo, aunque por dentro tus músculos estén intentando moverse todos a la vez. Entras en pánico, intentas gritar, te falta el aire y notas una presión en el pecho. Por fuera, en cambio, sigues siendo la viva imagen de la placidez.

¿Da miedito, verdad?

Pues resulta que esta escena tan horripilante nos puede pasar a cualquiera de nosotros, cualquier día de estos. Se llama parálisis del sueño, y a pesar de lo terrible y excepcional que parece, es algo bastante común. Sigue leyendo