Mónstruos caníbales: Cinco maneras de convertirse en Windigo

Wendigo for the win. Imagen de Inkswell.

Cuentan que una figura maligna se esconde en los fríos bosques del norte. Es un ser gigantesco, con la piel cubierta de hielo, una fuerza descomunal y un hambre constante. Es el Windigo.

El Windigo se alimenta de carne humana. Durante el día acecha en el bosque, a la espera de caminantes despistados. Ataca por la espalda y no deja ni los huesos. Por las noches, en cambio, se adentra en las aldeas y comprueba puertas y ventanas. Nunca hay que olvidarse de cerrar bien, porque cualquier pequeño descuido puede significar una invitación para la bestia. A la mañana siguiente, la casa estará vacía. Y el Windigo todavía tendrá hambre.

Pero esto no es lo peor. Sigue leyendo

Dragones

Dragon, de Simon Rankin

Hablemos de dragones. No porque estén de moda, sino porque me fascinan. Ya antes de empezar os digo que éste tema da para una enciclopedia entera (seguro que ya existe. Si no, que alguna editoral me llame y me ofrezca un contrato para escribirla, por favor).

Hace muchos años, mi padre, que me conoce un poco, me regaló un libro que a éstas alturas prácticamente me sé de memoria. Se titula «El gran libro del Dragón«, y tiene unas ilustraciones alucinantes del gran Ciruelo.

A pesar de lo que dice el título, el libro no habla de todos los dragones. Se centra en los dragones europeos, que al fin y al cabo son los que me pillan más cerca y con los que más he convivido, por deciro de algún modo. Así que hoy hablaré sólo de éstos. Sigue leyendo